Cuando se me ocurren temas para esta serie de entradas, en general pienso qué bien, ya tengo materia para una semana más. El problema viene cuando tengo que ponerme a escribir la entrada y me encuentro que no sé cómo empezar. Aunque, por otra parte, decir eso es una manera de empezar…
Creo en Dios. En el Dios de los cristianos,
un Dios omnipotente y omnisciente. Creo también que todas las cosas suceden por
algo, tienen un sentido, aunque a veces no podamos (no pueda) verlo: el dolor,
el sufrimiento, la pérdida, la muerte…
A un nivel más mundano y personal, creo
también que mis circunstancias vitales son las que son por alguna razón (una
razón buena, quiero decir). Es decir, que Dios me ha colocado donde me ha
colocado para que conozca a quien conozco y, en la medida de mis posibilidades,
eche una mano cuando sea necesario.
Y no voy a dar ejemplos concretos, pero quienes
lean esto sabrán si se refiere a ellos.
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