Como ha quedado demostrado -ya lo comentaré cuando llegue el turno-, el psicópata de la Moncloa está decidido a atender literalmente cualquier exigencia (porque esta gentuza no pide, exige) que le hagan los secesionistas catalanes -ya llegará el turno de los terroristas vascos- con tal de seguir detentando el poder un minuto más.
El mentir es algo que se le supone a un miembro
del partido de la mano y el capullo (los que se atreven a decir las del
barquero, como Leguina o Redondo, son expulsados), tanto más a la quintaesencia
del socialismo español que es Sin vocales, y que hace que el hijo de P
parezca, en comparación, el epítome de la sinceridad.
Por ello, el Consejo General del Poder
Judicial hizo muy requetebién en entregar a la Comisión de Venecia un dossier sobre
la ley de amnistía, el lawfare y el señalamiento de jueces, para evitar
intoxicaciones del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de
padecer.
Tampoco es que sirviera de mucho, como ya
veremos… cuando toque comentarlo.
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