Al parecer, en España todavía queda algo parecido a una justicia independiente e inmune a las presiones del poder; al menos, en el Tribunal Constitucional, que como sabe cualquiera con dos dedos de frente y un mínimo de estudios -lo cual excluye a la totalidad del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer- no pertenece al poder judicial.
Y es que el consejo de ninistros
ha hecho las cosas tan mal -entendámonos, lo hace todo mal, me estoy
circunscribiendo a un ámbito de actuación en particular- en relación con la
pandemia de la Covid 19, que era sólo cuestión de tiempo que empezara a ponerse
de manifiesto tamaña sucesión de torpezas y villanías.
El Tribunal Constitucional, digo,
ha fallado -tras el recurso presentado por Vox contra el cerrojazo del
Parlamento, acordado por la Mesa del Congreso entre el 14 de Marzo y el 13 de Abril
de 2.020- que el cierre del Congreso de los Diputados vulneró el derecho al control parlamentario del gobierno.
De la sentencia se deduce que la
decisión de la Mesa lesionó los derechos de los diputados recurrentes… y, añado
yo, de todos los españoles, de paso.
Por ello, y por mucho más…
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