Los alarmistas del cambio climático me dan muchas razones para desconfiar de ellos. Una de las principales es su hipocresía. Otra, que llevan anunciando el fin del mundo desde hace la torta de años. Otra más, en fin, es que, si tienen razón, ¿por qué falsean los datos?
El último ejemplo de esta tendencia
a la exageración lo tuvimos hace apenas un mes. Según un informe de la ONU
hecho público
En ese período de 50 años, el número de desastres se ha quintuplicado, impulsado por el cambio climático, el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos y la mejora en los mecanismos de suministro de información
Y, claro, naturalmente, los
medios giliprogres se apresuraron a señalar que La crisis climática
multiplica por cinco los desastres en medio siglo. El problema es que, de
los tres factores que señala el informe de la ONU, sólo dos tienen que ver con
el clima. El tercero -la mejora en los mecanismos de suministro de información-
es donde radica la cuestión: no es que pasen más cosas, sino que se comunican más.
Es como las guerras: no es que ahora haya más (o menos), es que tenemos noticias de todas. O como mi propio caso: digo muchas cosas graciosas, no porque sea muy gracioso… sino porque digo muchas cosas.
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