viernes, 29 de octubre de 2021

Manda cojones

Actualmente me estoy leyendo Memoria del comunismo, de Federico Jiménez Losantos. No es, naturalmente, una obra dedicada a cantar las maravillas (salvo que tomemos esta expresión en un sentido irónico) de la ideología que, alumbrada por Marx y Engels y continuada por Lenin, Stalin y Mao (entre otros), extiende todavía hoy sus tentáculos asesinos por las naciones del primer, segundo y tercer mundo.

Uno de los rasgos definitorios de los comunistas es que suelen achacar a los demás aquellos rasgos negativos de los que ellos adolecen -egoísmo, autoritarismo, violencia, embustes…- para justificar así sus actos.

Y la prueba del nueve de que lo anterior es cierto la tuvimos hace cosa de un mes, cuando el p-ETA se quejó del auge de los discursos y actitudes de odio. Ellos, que no se arrepienten de los asesinatos que cometieron, las víctimas que dejaron, los perjuicios que causaron. Ellos, que llaman perros a los que no piensan como ellos, que han hecho abandonar Vascongadas a miles de personas mucho más vascas que ellos, que atacan a guardias civiles y españoles por el simple hecho de serlo.

Ellos, esos miserables, esos criminales, esos detritos con forma vagamente humana. Ellos.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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