En toda desgracia hay personas sin escrúpulos que buscan el medro personal, aunque sea a costa del sufrimiento ajeno. Es humano, por lo que es comprensible (aunque no defendible).
Lo que no resulta tan fácil de
asimilar es que personas que, por su profesión, deberían velar por el bienestar
de la sociedad, se unan a los miserables que mencionaba antes. Por ello, se
hace difícil el leer titulares como que el colegio de médicos de Barcelona
investiga la relación de varios colegiados con el timo de la lejía.
Dejando siempre a salvo la presunción de inocencia, si se demuestra la
culpabilidad de esos miserables deberían quedar inhabilitados a perpetuidad
para ejercer la profesión de Galeno.
Quizá no de esto, pero sí de mucho más…
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