Como no me canso de señalar, la izquierda practica la ley del embudo con una dedicación y un empeño que parece que la hubieran inventado ellos. Naturalmente, no es así: la izquierda no ha inventado nada, se ha limitado a destrozar lo bueno y a empeorar lo malo.
Hace cosa de un mes, la
presidencia del Congreso de los Diputados expulsó a un diputado de Vox por
llamar bruja a una diputada socialista. La bocachancla que han
colocado al frente del ninisterio de Lomismodá acusó de violencia política
al diputado -sí, ellos, los promotores de los escraches (contra los demás,
claro), los que alentaban a rodear el Congreso (cuando todavía no estaban
dentro), los que llamaban a salir a la calle cuando en Andalucía ganó la
derecha, los que tienen en sus filas a quienes se dedican a agredir a policías,
los que dicen disfrutar viendo esas agresiones-, añadiendo que si no eres bruja eres gorda, o fea, o puta.
Lo que calló la madre de los
hijos del Chepas (ya no me atrevo a llamarla calientacamas hasta
que alguien me confirme que siguen siendo pareja) es que los socialistas (la izquierda)
llevan años llamando brujas a parlamentarias de derechas -la última que
se sepa, en Mayo de este año-, y ni han sido llamados al orden, ni mucho menos
expulsados de la asamblea respectiva.
En cuanto a la marquesa de Villa Tinaja… tres de cuatro. No está mal.
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