Los secesionistas catalanes son como niños malcriados. Se les han consentido tantas tonterías, durante tanto tiempo, que creen que pueden reclamar cualquiera de sus caprichos, por estúpido, descabellado o sencillamente irrealizable que resulte.
Es el caso de la negociación para
la aprobación de los presupuestos generales del Estado para el año que viene. Los
ierreceos condicionan su apoyo a que el psicópata de La Moncloa blinde los contenidos en catalán de las plataformas audiovisuales (Netflix, Amazon y HBO).
Tanto da que Sin vocales acepte semejante delirio o no. No le hace ni refitolero caso el presidente de Estados Unidos, se lo van a hacer los directivos de esas compañías. Si les resulta rentable, doblarán al catalán; si no (y no creo que les resulte), no lo harán, por muy campanudo que se ponga el doctor Fráudez.
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