Ser ecologista, verde y demás está muy bien, pero a veces no es productivo, no es posible o no es siquiera coherente.
Tomemos el caso de la
energía nuclear, anatema para los ecologetas sandía, defensores
acérrimos de la energía eólica, la solar, la maremotriz y demás renovables.
En Alemania se decretó el cierre de las centrales nucleares: tres cerraron a
principio de año, y las otras tres lo harán a finales. Cuando lo hicieron, el
presidente ejecutivo dela empresa que gestionaba dos de los reactores cerrados aseguró
que hemos contribuido de forma decisiva al suministro seguro, respetuoso con
el clima y fiable de electricidad en Alemania durante décadas. El último
día de uso de estos reactores, Greenpeace lanzó un mensaje victorioso , asegurando
que era una acción por una Europa libre de energía nuclear.
¿Y qué pasó? Pues que han recurrido al carbón (no se puede recurrir al gas ruso)… con lo que ahora lideran las emisiones europeas en dióxido de carbono. Bonita manera de ser respetuosos con el clima.
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