martes, 5 de abril de 2022

Reflexiones atemporales XCVII – Un poco de por favor

Esta reflexión no es sólo atemporal, sino básicamente personal. Cuando era más joven, mis padres me dijeron dos cosas. Bueno, me dijeron muchas (más de las que me gustaría oír, y seguro más de las que les gustaría haberme dicho), pero me voy a centrar en dos.

La primera es que con un por favor, un gracias y una sonrisa se abren muchas más puertas que sin ellas. La segunda es que, cuando me pidieran un favor, lo hiciera, si no iba contra mis principios, la legalidad o la moral, porque uno nunca sabe cuándo necesitará pedir un favor.

El primer consejo he procurado seguirlo Y es cierto, la buena educación y el agradecimiento obran milagros, pudiendo engrasar hasta los temperamentos más enrobinados. Lo de sonreír me cuesta un poco más, pero qué se le va a hacer.

El segundo también procuro seguirlo; no por mero interés personal, sino porque me pongo en el lugar del otro y pienso en cómo me gustaría que me trataran a mí. Gracias a eso he hecho amigos por toda España; amistades a las que no conozco personalmente, no he visto en la vida y es improbable que lo haga…

…pero que me han granjeado invitaciones a pescaíto frito en Cádiz y a papas con mojo en Canarias. Probablemente nunca disfrute de esas invitaciones, pero es bueno saber que las tengo.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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