Iba a empezar esta entrada diciendo que no recordaba -y que tampoco había podido encontrar solución a mi dilema- si fue Winston Churchill o Margaret Thatcher quien dijo aquello de diré a continuación. Pero he perseverado, y parece que he encontrado la solución.
Por un lado, fue Churchill
quien dijo que El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de
la riqueza; la virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de la
miseria; por otro, fue Thatcher la que remachó que El socialismo
fracasa cuando se les acaba el dinero... de los demás.
Viene esta doble cita de
dos de mis políticos más admirados -aunque debo reconocer que sé mucho más de
él que de ella- al hilo del titular que se publicó hace un mes, que decía que
el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer estudiaba bajar los impuestos a los carburantes y luego subirlos todavía más, para luego
añadir que el consejo de ninistross estaba decidiendo cómo bajar la
fiscalidad de los carburantes, aunque a principios de ese mes -es decir, apenas
dos semanas antes- llegaba a Hacienda la propuesta contraria.
No voy a entrar en si bajar impuestos es de derechas o de izquierdas. Sé seguro de quién no es, al menos en España. Y no lo es de las izquierdas, cuya voracidad recaudadora es sólo inferior a su capacidad para el despilfarro, porque la izmierda no sabe gestionar, ni lo propio ni -sobre todo- lo ajeno.
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