Cuando me planteé la redacción de esta entrada -que, además, supone un número totalmente redondo dentro de la serie-, parecía que me iba a quedar sin entradas duplicadas, porque el encontrar noticias relativas a la cuestión catalana y a la pandemia de la COVID-19 era cada vez más difícil.
Y no es porque no se
sigan produciendo cosas, sino porque cada vez son menos noticias. Como dice el
dicho, o poco más o menos, una muerte es una tragedia, un millón de muertes es
una estadística. Es decir, las cosas pasan -los secesionistas catalanes siguen
haciendo de las suyas, o intentándolo al menos, y la gestión que el desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer hace de la pandemia y sus
consecuencias en todos los órdenes sigue siendo tan nefasta como siempre-, pero
han dejado, paulatinamente, de llamar la atención.
Menos mal que, como soy
persona de recursos, he encontrado otros dos temas para poder duplicar entradas,
que de momento me funcionan. Eso sí, teniendo en cuenta que su prolongación es
mala para España -la crisis en el PP- y para el mundo -la invasión de Ucrania
por Rusia-, deseo volver a quedarme sin materia de escritura más pronto que
tarde.
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