De ese modo que tan magistralmente retrató Eric Blair en 1.984, la neolengua retroprogre utiliza las palabras para hacer exactamente lo contrario de lo que significan.
Así, al desgobierno socialcomunista
que tenemos la desgracia de padecer se le llena la boca -bien es verdad que más
a la parte comunista que a la socialista, aunque últimamente resulta bastante
difícil diferencia a una de la otra- con la protección del derecho
constitucional a la vivienda digna y adecuada. Amparándose, supongo, en
el hecho de que el artículo continúa diciendo que los poderes públicos
promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes
para hacer efectivo este derecho, los psicópatas liberticidas que nos
gobiernan pretenden sacar una Ley de Vivienda que convierte lo que es un
derecho en una suerte de tenencia tutelada por el Estado.
Y luego quieren que no les llamemos autócratas y totalitarios.
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