martes, 10 de mayo de 2022

Reflexiones atemporales CII – No es parte de la solución, es parte del problema

De todos los males que han aquejado a España en el último siglo y medio, la izquierda ha sido, casi sin excepción, parte del problema, por lo que casi nunca ha sido, ni ha podido ser, parte de la solución.

Esto es así en el caso de los llamados nacionalismos periféricos, esto es, de los regionalismos separatistas: Vascongadas y Cataluña. A Cataluña le llevo dedicadas quinientas entradas de este blog en los últimos años, así que en esta me referiré -no por primera vez, casi con seguridad no por última- a las tres provincias vascas.

El separatismo vasco fue creado por un orate misógino y acomplejado que, para más inri, al final de sus días acabaría renegando de sus memeces. Pero la cizaña estaba ya sembrada, y una vez arraigan las malas hierbas, es complicado deshacerse de ellas salvo con un lanzallamas.

A lo que iba: en relación con el problema vasco en general, y con el terrorismo de ETA en particular, los de la mano y el capullo tienen tanta culpa como el que más: desde comprender los asesinatos terroristas de ultraizquierda durante el franquismo hasta ir con una pancarta en la que se leía Gora Euskadi Askatuta durante la transición, desde negociar con los de la capucha tras comprometerse a no hacerlo hasta votar en contra de que se investiguen los crímenes sin resolver de los del hacha y la serpiente.

Es la última de una larga serie de infamias. De momento.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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