Alguna ventaja debería tener (para mí) que el psicópata de La Moncloa se niegue a reconocer su responsabilidad, o la del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, en las desgracias que acontecen a los españoles. Eso me permite, según a quién o qué eche la culpa, o cuál sea el clavo al que se agarre, repartir las entradas entre las distintas series que tengo en marcha. Llegará el día, sin duda alguna, en que me quede sin materia para la entrada diaria, y entonces me arrepentiré de haber hecho entradas múltiples. Pero, mientras tanto…
…mientras tanto, toca
hablar del miserable que, cuando estaba en la oposición dijo -dijo tantas
cosas- que, si tuviera que suprimir algún ministerio, eliminaría el de Defensa.
Ahora, claro, eso no toca, y lo que corresponde es aumentar la inversión en
defensa. Pero como socialismo español y respeto a la verdad son conceptos
antitéticos, y la ausencia de vergüenza es casi un requisito ineludible para
escalar en el partido, pasa lo que pasa.
Y lo que pasa es que,
entrevistado en La Secta, afirmó que cuando cambió el colchón de la
residencia del primer ministro del gobierno de España se estaba destinando en
España una inversión del 1,25% del PIB, tras lo que aseguró que actualmente se
está destinando el 1,44% del PIB a la inversión en Defensa y que sigue vigente
el compromiso con la OTAN de alcanzar la cifra del 2%.
La realidad es que el
año que el psicópata llegó a La Moncloa se estaba muy lejos de ese 1,25% del
PIB. Según las tablas de la Alianza Atlántica, España invirtió ese año el 0,91 %
del PIB, siendo el penúltimo país en el ránking de inversiones. Sólo se
superaba al diminuto Gran Ducado de Luxemburgo. En 2019, el primer año natural
completo con Sánchez en la presidencia sólo se invirtió el 0,92% del PIB.
El estimado de la OTAN
para 2021 elaborado el pasado junio –el estudio definitivo del pasado año no
saldrá hasta el próximo mes o hasta mayo– decía que España estaba en una
proyección de invertir tan sólo el 1,02% del PIB en Defensa, sólo superando una
vez más a Luxemburgo. Y el leve aumento presupuestario para 2022 establece que
la cifra que se invertirá este año estará en torno al 1,1% del PIB, una cifra
muy lejana al 1,44% que dijo que se estaba invirtiendo.
Lo más llamativo es que tales
cifras también se contradicen con las hechas públicas por el propio presidente
en las dos últimas semanas, tanto tras el Consejo de Ministros extraordinario
de la UE como en la entrevista que dio a TGE (televisión gubernamental española…
aunque ¿cuál no lo es?) el 28 de febrero. En ambas, dijo que España alcanzará
el 1,22% del PIB en Defensa en 2024, una cifra que según lo dicho en la
entrevista televisada ya se invertía cuando él llegó a La Moncloa y que estaría
muy por debajo de lo que dijo que ya se está invirtiendo (un 1,44% del PIB).
Este hombre hace trampas hasta al solitario.
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