A efectos prácticos, a lo largo de mi vida he conocido (no personalmente, claro) tres papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco (I). Pablo VI murió cuando no tenía ni diez años, y Juan Pablo I no tuvo tiempo de hacer nada.
El papa polaco tenía eso
que se ha dado en llamar carisma, además de telegenia, habilidades
comunicadoras y una fuerte voluntad; entre eso, y la duración de su
pontificado, siempre será mi papa. El papa alemán tenga, probablemente,
el mayor nivel intelectual de los últimos pontífices, y el hecho de que en
general fastidie tanto a los progres es, a mis ojos, un punto a su favor.
Finalmente, el papa
argentino tiene algunas cosas buenas -como el venir a decir que los
homosexuales también son hijos de Dios, no por obvio menos necesario de ser
dicho-, pero las muchas tonterías que dice -no por nada le llamo el Papa
Natas, y no precisamente por el color blanco de su sotana- y la tolerancia
ante ciertos totalitarismos antioccidentales, del islámico al ruso, hacen que
como hombre me merezca bastante poco respeto.
La última ha sido aliarse
con el rojiprogrerío internacional y culpar a la OTAN de la invasión rusa deUcrania. Ya, y la culpa de la Segunda Guerra Mundial la tuvieron los Aliados
por declarar la guerra a Alemania tras la invasión de Polonia, no te fastidia…
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