Se atribuye a Albert Einstein la frase de que hay dos cosas infinitas, el Universo y la estupidez humana… y en el caso del Universo no estoy del todo seguro. Lo cual venía a significar que la tontería no conoce límites.
Y eso lo demostró, hace
un mes, el senador popular Alberto Fabra. Uno pensaría que el lenguaje
excluyente, las arrobas y el empleo de todas las vocales para terminar palabras
era una imbecilidad sólo al alcance de giliprogres, pero no: el susodicho,
al estilo de la marquesa de Villa Tinaja, dijo aquello de todos, todas y todes.
Si lo dijo en serio, malo; si lo dijo en broma, peor, porque no tiene maldita la gracia.
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