El desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer está empeñado en reescribir la Historia, para así ganar, ocho décadas largas después, la guerra que ellos solos buscaron, ellos solos provocaron y prácticamente ellos solos perdieron.
Dentro de estas actuaciones, cuyo mascarón de
proa son las dos leyes de desmemoria (la histérica y la antidemocrática) se
encuadra la retirada de las medallas al mérito del trabajo que en su día se
concedieron a Su Excelencia el Jefe del Estado, el Generalísimo Franco, y a
otros nueve cargos de su régimen.
En un ejercicio de pura propaganda marxista, Egolanda
se atribuyó el mérito, entre hipidos y con su discurso sincopado. Y yo me
pregunto, puestos a retirar honores inmerecidos: ¿retirarán el doctorado horroris
causa al genocida de Paracuellos? ¿Prohibirán las procesiones con antorchas,
al más puro estilo fascista (este sí de verdad) a la tumba del miserable que
dio un golpe de Estado y luego se dedicó a apiolar a todo el que le molestaba?
¿Quitarán las estatuas de Prieto, Largo Caballero y demás patulea?
No, yo tampoco creo que lo hagan.
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