Si algo tienen los comunistas, en cualquier tiempo y lugar, es que no hacen prisioneros. Podrán contemporizar el tiempo que haga falta con quien haga falta -demonios, si hasta contemporizaron con Hitler-, pero tarde o temprano acabarán pegándole la puñalada trapera.
Los neocom no iban a ser una excepción
a esta regla. Podrán estar en el mismo desgobierno socialcomunista que tenemos
la desgracia de padecer que los de la mano y el capullo, pero eso no les ha
impedido golpear al psicópata de La Moncloa donde más le duele: han colado en
el Congreso de los Diputados un plan para acabar con el Falcon y los
jets privados.
Aunque no sé si se han parado a pensar que eso impediría también las excursiones de la marquesa de Villa Tinaja y sus coleguis a costa del erario público.
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