No me cansaré de repetir que marxismo y economía -sabia administración de recursos escasos, según aprendí en primero de carrera- son dos conceptos que se dan de bofetadas. Y, al parecer, la realidad no se cansa de confirmarme en esa opinión. Vale, sí, puede que haya algo de sesgo de confirmación, pero… ¿tanto, tanto?
Teóricamente, el psicópata de La Moncloa y el
desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer y que él, en
teoría, preside, realizó una reforma en el mercado energético, con las
bendiciones y parabienes (¿o sólo el consentimiento?) de Europa, para amortiguar
en el bolsillo de los españoles el efecto de la invasión rusa de Ucrania en los
precios de las materias energéticas.
Pero hete aquí que esa reforma frena ahora la entrada de gas barato, porque tenemos que consumir el caro que colapsa los depósitos españoles. Y, mientras, en Europa, sin reformas ni zarandajas, parece que lo pasan menos mal que nosotros…
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