Desde hace mucho tiempo, tanto la alcaldía como la presidencia de la comunidad de Madrid parecen ser coto vedado para el partido de los de la mano y el capullo. Da igual a quien pongan como cabeza de cartel, no logran hacerse con el poder.
Y mira que lo han intentado: con inútiles,
con gente relativamente capaz, con sectarios, con gente tolerante, con paracaidistas
a cascoporro y hasta con gente que parece que pasaba por allí. Y cuando
logran desalojar a los populares de la poltrona, llega una comunista chocheante
y filoterrorista y les adelanta por la izquierda.
A comienzos del mes que ahora termina sonó,
de entre la plétora de rumores, el de que la ninistra Reyes Maroto
-fallida candidata a la fallida vicepresidencia del fallido Ñoñilondo II-
podría desembarcar en la candidatura a la alcaldía de la villa y corte.
Según los titulares, eso encendió el malestar
de las bases, y Ferraz no descartaba más candidaturas. Pues ni lo uno ni lo
otro: la ninistra formalizó su candidatura, aunque sin abandonar de
momento la plaza de Cuzco; el malestar se apagó tan rápidamente como se
encendió, y de momento no hay más candidaturas.
Ahora sólo queda ver de qué magnitud es la bofetada a finales de Mayo.
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