martes, 29 de noviembre de 2022

Quitándose la careta

Quizá por ahí ande algún ecologista de verdad, al que realmente le preocupe más el medio ambiente y menos la política. Porque la inmensa mayoría de los que salen en los medios, por no decir la práctica totalidad, son en realidad ecologistas sandía, verdes por fuera y rojos por dentro.

Tomemos el caso de la reciente Cumbre del Clima celebrada en Egipto a principios de este mes. En teoría, lo que pretendía era salvar el planeta; en la práctica lo que pretenden es abolir el capitalismo. Y no lo digo yo, lo dice claramente la histérica de Greta Thunberg -nunca a un escolar que hiciera tantos novillos se le dio tanta cancha-, que se marcó como nuevo objetivo tumbar por completo todo el sistema capitalista.

Y mientras la ONU enloquecía y aseguraba que vamos directos al infierno por el cambio climático, los países más contaminantes -China, India y Rusia- no acudían a la cumbre; y las delegaciones que iban suponían ciento treinta aviones presidenciales.

Como a pedales no creo que funcionaran, no dejaba de ser un medio cuanto menos curioso de reducir la huella de carbono.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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