Lo peor no es que los separatistas catalanes digan esto, lo otro o lo de más allá. Descontadas sus fabulaciones pseudohistóricas, sus falsos agravios, sus delirios imperialistas; ciñéndonos, por tanto, a sus declaraciones del momento presente, lo peor no es que sean o no ciertas. Lo peor es que, con gran frecuencia, son verosímiles.
Si Cocomocho dice que el psicópata de
La Moncloa le ha ofrecido un buen trato, vía reforma del Código Penal y
un indulto, podríamos pensar que es otro de los delirios del prófugo del corte
de pelo inefable; pero también podríamos pensar que está diciendo la verdad.
Y, a tenor de las últimas noticias sobre el tema, la estaba diciendo. Eso es lo peor.
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