El problema de los autócratas -problema para los demás, claro está- es que parecen estar convencidos de que su impía voluntad es la fuerza que mueve el mundo. Aunque lo que reclamen sean imposibles o, al menos, irracionales.
Es el caso de la alcaldesa de
Getafe -de los de la mano y el capullo, claro-, que tras promover la retirada
del nombre de Alfonso Pérez del estadio de la localidad -estadio de propiedad
municipal- ahora exige una sección femenina al club local.
Al menos, desde el mismo -que es una sociedad anónima deportiva y, por lo tanto, una entidad privada- se han negado a crear una sección que sería deficitaria (todo el fútbol femenino, en general y por el momento, lo es), por mucho que se lo reclamen desde el consistorio.
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