Los enemigos internos de España -socialistas, comunistas, secesionistas, terroristas- se odian entre ellos, y se despedazarían mutuamente a poco que se les dejase. Lo único que se lo impide es que odian todavía más a España de lo que se odian entre sí (pero por poco).
Por eso, no tienen problema en
ponerse de acuerdo, a pesar de sus discrepancias ideológicas, para actuar
contra España. Por eso, cuando los de la mano y el capullo esperaban que los
secesionistas desvelaran su respaldo al psicópata de la Moncloa después de la jura de Su Alteza Real la Princesa de Asturias, doña Leonor de Borbón y Ortiz,
a quien Dios guarde muchos años, no estaban haciendo un brindis al sol, ni una
conjetura.
Acertaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario