Un autócrata no está satisfecho hasta que lo controla todo. El psicópata de la Moncloa es un autócrata, y de ahí su afán por tener en sus manos todos los hilos del poder en España.
Por eso son importantes los
reductos de resistencia. Por eso es importante que el Tribunal Supremo le haya
pegado una colleja vía fiscal general del desgobierno socialcomunista que
tenemos la desgracia de padecer, al estimar el recurso contencioso-administrativo contra el ascenso de la futura esposa del juez
prevaricador a fiscal de sala militar.
Que la cosa no se la esperaban lo
demuestra la reacción de la afectada, que llamó a la cadena gubernamental (no,
Radio Nacional de España no; me refiero a la SER) para quejarse, con la voz
rota, de que le habían quitado el cargo.
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