Si algo tienen los secesionistas catalanes -rasgo que comparten con los terroristas vascos de ultraizquierda- es que son incapaces de disimular: en cuanto piensan algo, lo sueltan por esa boquita que Dios les ha dado.
Es el caso del Cocomocho,
que no se ha cortado un pelo y presume de que tendrá sometido a un chantaje permanente al psicópata de
La Moncloa. Y el psicópata lo sabe, y le importa una higa.
Porque es un psicópata, y porque lo único que le interesa es seguir detentando el poder.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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