Existe actualmente un eufemismo bastante extendido para evitar aplicar connotaciones partidistas a colectivos que, no debiendo estar contaminados por la política de partidos, lo están.
Así, se suele hablar de jueces, vocales
o fiscales progresistas o conservadores cuando lo que se quiere
decir que a los primeros los ha propuesto la izquierda (en la práctica, el
PSOE) y a los segundos la derecha (en la práctica, el PP).
O, peor aún: que los primeros son
del PSOE y los segundos no lo son. Porque, mientras que gente como
Conde-Pumpido o Delgado no esconden su filiación política, e incluso alardean
de ella, los conservadores son, o eso me parece a mí, un poco más
disimulados.
Los de izquierdas, al menos los
actuales, no se cortan en actuar a favor del desgobierno socialcomunista que
tenemos la desgracia de padecer o, llegado el caso, de trabajar directamente para
él.
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