Un matón es alguien que es fuerte con los débiles y débil con los fuertes. No sólo en términos de fuerza física, sino de posibilidades de represalias: si eres insolente con quien piensas que no te va a apretar las tuercas, pero te muestras complaciente con quien teme que lo haga, eres un miserable.
Algo así es lo que ocurre con el
psicópata de la Moncloa, al frente del desgobierno socialcomunista que tenemos
la desgracia de padecer: se niega a pagar las indemnizaciones por los impagos
sobre las energías renovables (con el agravante de que las eventuales sanciones
por este incumplimiento no repercutirán en su bolsillo, aunque sea él quien se
niega, sino en el de todos los españoles), pero sí indemniza a una empresa de Abu Dabi afectada por esos impagos.
Si lo hace porque teme que los
representantes de ese estado tomen algún tipo de represalia contra las empresas
españolas -seguro estoy de que dinero tienen para ello-, o porque conocen algún
trapo sucio que teme salga a la luz -tampoco sería el primero… ¿verdad,
Mohamed?-, eso ya es algo a dilucidar.
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