Teóricamente,
este libro está escrito a cuatro manos entre Stephen King y su hijo menor,
Owen. Sin embargo, salvo en la idea -y esto, porque el propio padre ha dicho
que era del hijo-, se me hace difícil diferenciarlo de cualquier otra obra del
autor de Maine. Mismo estilo narrativo, misma técnica de bola de nieve,
misma muerte de algunos personajes queridos, mismo final agridulce… Como diría
Groucho Marx, todo en este libro recuerda a otros de King.
Por
otra parte, he leído algunas críticas que tildaban esta obra de feminista. Después
de leerla, mi opinión es que es más bien femiñoño, o tópicamente feminista: los
varones, salvo excepciones, son violentos, mientras que las mujeres, también
salvo excepciones, están llenas de buenos sentimientos, son altruistas y
generosas y demás.
En
resumen, una trama sexistamente maniquea.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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