Hoy
voy a dedicar la entrada en exclusiva a Su Majestad el Rey don Felipe VI, y
casi en exclusiva al discurso que pronunció ayer por la noche. En cualquier caso,
la entrada será breve.
Según
escuchaba el discurso -de unos años para acá, me ha dado por atender a los
discursos oficiales del Jefe del Estado, el actual o el anterior-, dos ideas
saltaron a mi mente. La primera, que Felipe VI habla infinitamente mejor que su
padre, en el sentido de que es mucho mejor orador; tanto, que podría ser un
político profesional. Probablemente, ha tenido mejor formación en ese sentido.
La
segunda, que diciendo aproximadamente las mismas cosas, es muchísimo más
creíble que Sin vocales. A este último, en realidad, un servidor no le creería
ni aunque me estuviera dando la hora y ésta coincidiera con la del observatorio
de Greenwich.
Para
rematar, Junior -al que, por lo visto, respetar la cuarentena se le da
una higa, porque (es un suponer), ya que se la ha saltado una vez, ¿por qué no
saltársela más?- alienta las caceroladas contra el Rey, aduciendo que entra dentro de la libertad de expresión.
Ya.
Y hacerse de vientre en la refitolera madre del Chepas también, asumo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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