Como
vengo diciendo todos estos días, la crisis del (o de la) COVID-19 hace que las
cosas que hace semanas parecían importantes, ahora resulten relativamente
banales.
En
un mundo relativamente normal, hoy tocaría comentar que el Gobierno había
frenado la presentación de su proyecto de presupuestos generales del Estado,
confiando en que el Chepas facilitara el diálogo con Izquierda Republicana
de Cataluña. También tocaría hablar -porque así lo agrupé- que Chistorra
enfrió en esa misma fecha la convocatoria de las elecciones regionales -la
maldición de poder celebrar elecciones anticipadas… ¿cómo no van a decir los golpistas
catalanes que la esencia de la democracia radica en votar, si en la última
década prácticamente no han hecho otra cosa?-, aplazándolas sine die.
Naturalmente,
diciendo que tocaría comentar esas noticias las he, de hecho, comentado. Pero,
cinco semanas después, se muestra qué prioridades tiene claras cada uno: el
Gobierno social-comunista sigue empeñado en intentar sacar adelante sus
presupuestos, sin conseguirlo, de momento, y sin presentar un proyecto; los golpistas
catalanes siguen mintiendo más que hablando.
A
las personas normales, en cambio, sólo nos preocupa sobrevivir.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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