No
sé si esta serie que comienzo hoy tendrá muchas o pocas entregas. En cualquier
caso, y al igual que en lo referente a Cataluña, su golpe de Estado y su
proceso judicial, lo vertiginoso de los acontecimientos hace que me salte la
regla habitual de el primero que entra es el primero que sale, y que
comente, o intente comentar, las noticias según se van produciendo.
Inauguro
pues la serie con el titular de que Sánchez anuncia un plan de choque sobre el coronavirus con la esperanza de que la UE flexibilice el déficit. Inicialmente
me surgieron de esto dos reflexiones, que con las lecturas pasaron a ser tres
(la más reciente es la central):
- Dejando aparte la dilación en la toma de medidas -sin ir más lejos, la tan criticada de permitir las concentraciones feminazis el pasado Domingo cuando se están celebrando partidos a puerta cerrada para evitar aglomeraciones-, un plan de choque no se anuncia, se ejecuta (pero qué cabe esperar de alguien que hizo que le copiaran su tesis doctoral). Si la enfermedad fuera un ente inteligente, anunciar tal plan de choque la pondría sobre aviso.
- Decir coronavirus y no decir nada es lo mismo. Un coronavirus es un tipo de virus, caracterizado por su morfología. El que ha provocado esta epidemia sólo es especial por la difusión de la misma. Vamos, que la cosa tiene la misma precisión científica que decir infección bacteriana.
- Sólo a un sujeto tan falto de escrúpulos como Pierre Nodoyuna se le ocurriría aprovechar una desgracia humana (que no humanitaria, como suele decirse, erróneamente, en situaciones como ésta) para intentar obtener un rédito político. Además, probablemente sin pretenderlo, admite implícitamente que sus cifras macroeconómicas tenían la misma validez y rigor que un euro de corcho.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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