La razón de comentar hoy una noticia tan próxima,
cuando nada en ella justificaría semejante inmediatez, tiene que ver con la
mecánica que sigo para escribir las entradas diarias, y con la organización de
mi vida en general.
Me explico. Por un lado, voy copiando en un fichero
de Word los distintos enlaces, con vistas a hacer un acopio de material de
escritura que me evita, por lo general, tener que devanarme los sesos, pensando
en qué tema elegiré para comentar, cuando me siento para escribir. Ese fichero
lo guardo en un stick USB que suele viajar conmigo a (casi) todas
partes.
Sin embargo, hay ocasiones en que olvido coger ese
dispositivo cuando me encamino al lugar en el que suelo escribir y subir las
entradas. Y ayer -recordad, suelo escribir una entrada el día anterior al que
sale publicada- ha sido uno de esos días, así que tuve que buscar una noticia
que comentar. Una que, a ser posible, ni siquiera hubiera pensado en utilizar.
Y esa noticia ha sido, no la muerte de Max von
Sydow, sino la crónica que se ha hecho de dicho fallecimiento. Comprendo que el
bagaje cultural de las nuevas generaciones cabe en un sello de correos
-suponiendo que sepan lo que es eso-, pero reducir el trabajo de semejante
monstruo de la interpretación a Juego de Tronos, El exorcista y La guerra de las galaxias resulta bastante patético.
Que el escribir para ignorantes no supone tener que
rebajarse a su nivel…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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