Precisamente
anteayer empezó a circular por las redes la noticia de que Abascal iba a
comparecer en Televisión Española -esa que dirige Roja María Mateo- para
una entrevista. Tanto corrió el bulo que el propio presidente de Vox tuvo que
salir a las redes sociales a desmentirlo, en plan (la cita es casi literal) ni
me voy a ir hoy a esa cadena ni tengo el menor interés en hacerlo.
Yo
ya me recelaba algo parecido, y que lo que circulaba no era más que una reemisión
del pásalo de hace mes y medio, cuando sí fue a ser entrevistado. En aquella
ocasión, el sindicato comunista promovió una censura preventiva de la entrevista con el objetivo de que ni siquiera llegase a emitirse. A través de
un comunicado, el sindicato aseguraba que su presencia en RTVE dañan la
democracia y la convivencia de España, que RTVE debía no colaborar en la
difusión de la propaganda de los partidos de ultraderecha y que la
entrevista supone un blanqueo democrático impropio de un medio público, llamando
a la reflexión a quienes defienden que Vox es un partido más del arco
parlamentario.
Ya
lo dice el artículo al que enlazo, pero ya lo había pensado yo antes de leerlo:
no se mostraron tan activos cuando un terrorista convicto y confeso fue
entrevistado en esa misma cadena. Por lo visto, entrevistar a un miserable de
ultraizquierda no daña la democracia o la convivencia de España, y es lícito
colaborar en la difusión de los partidos de ultraizquierda, en su
blanqueamiento democrático (aquí podría hacer una referencia oblicua al
blanqueamiento que supone la cal viva, pero voy a dejarlo pasar) y en considerar
a un partido terrorista como uno más del arco parlamentario.
Ni
tampoco pretendieron, claro está, un control preventivo de los mensajes
del terrorista.
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