Teniendo
en cuenta que la carne de cañón de los neocom (los dirigentes ya sabemos
que en general son niños bien, aburridos en el mejor de los casos y con afanes
totalitarios en el peor) está formada principalmente por eso que se llama grupos
antisistema (en realidad y en general, grupos que parasitan el sistema), no
es de extrañar que, una vez llegados al poder, muestren hacia ellos una actitud
que podríamos considerar como tolerante.
Lo
malo es que esa tolerancia suele convertirse en mal trato hacia el resto de la
sociedad. Como ha ocurrido en Cataluña, donde han decidido obligar a los propietarios
a ofrecer un alquiler barato a sus ocupas. Es decir, no sólo no pueden echarles,
sino que además tienen que tratarles bien.
Eso,
asumiendo que esa gentuza vaya a pagar el alquiler, cosa que dudo…
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