El
Gobierno de España -es decir, fundamentalmente su presidente- no se cansa de
proclamar que han hecho y harán lo que sea necesario, cuando sea necesario y
mientras sea necesario. A tenor de las circunstancias presentes, parece que eso
no es cierto. Veamos.
Por
una parte, la presidente de la comunidad autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso,
denunció ayer que no llega el material sanitario por parte del Gobierno, y que
está retenido en aduanas. A esto, Moncloa negó retener el material en aduanas y
mostró su enfado con Ayuso por (lo que ellos llamas) iniciar enfrentamientos
(por lo visto, alentar caceroladas contra la Monarquía y cosas similares no
debe entrar en la categoría de enfrentamientos para la izmierda que
nos desgobierna).
El
alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida (¿alguien se imagina, y no
tiembla de miedo al hacerlo, que esta crisis nos hubiera pillado con doña
Rojelia y su panda de asalta capillas a cargo de los destinos de la Villa?)
ha coincidido con su compañera de partido -mientras, en el PSOE no todos están
o han estado de acuerdo con las decisiones de Pierre Nodoyuna, aunque
también hay populares que funcionan como versos libres respecto a
Génova- en la petición al Gobierno de que envíen material porque están
-estamos, que servidor vive y escribe desde Madrid-, dice, al límite.
Antes
de entrar en materia, dos puntos más: por una parte, Ayuso ha anunciado que
empezarán a fabricar y buscar por su cuenta material sanitario; por otra, la
razón, que no es otra que el hecho de que los hospitales de Madrid necesitan doscientas mil mascarillas diarias (¿tantas? Así será, pero muchas me parecen), mientras
que el Gobierno entrega sólo cincuenta mil (una cuarta parte, para los de
letras… aunque bueno, yo soy de letras y puedo hacer la división; claro, que
siempre me gustaron -y me gustan- y se me dieron bien las matemáticas).
Tras
todo esto, ¿a quién creer? ¿A un político y un gobierno que ha hecho de la
mentira, no ya una forma de ejercer el poder, sino una norma de vida, o bien a
dos políticos que prefieren no andarse con paños calientes, y que cuando dan
positivo en los análisis lo dicen, en lugar de callarse y seguir como si nada?
Ahí lo dejo.
Ahora,
las cifras, más o menos a mediodía de hoy: en España había (por una vez voy a
poner cifras y no tirar de letras, pero no os acostumbréis) 19.980 contagiados,
1.002 fallecidos y 1.588 recuperados; en el mundo, 250.650 contagiados, 10.254 fallecidos
y 88.450 recuperados. Saquemos unos cuantos porcentajes:
En
España, por cada cien contagiados mueren cinco, y se recuperan ocho. En el
mundo, por cada cien contagiados mueren cuatro -más o menos como España-, pero
se recuperan treinta y cinco. Por otra parte, ocho de cada cien contagiados son
españoles, pero diez de cada cien fallecidos son españoles y, sobre todo,
apenas de cada dos recuperados son españoles. ¿Se han hecho las cosas como
deberían haberse hecho?
A
mí no me lo parece, francamente. Y todavía tenemos que alegrarnos, porque las
estimaciones del Gobierno eran mucho peores.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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