Habrá quienes digan que si los partidos miembros del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer están empeñados en modificar el sistema de elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial es porque el PP, partido malvado donde los haya y cuya concurrencia es imprescindible con el vigente sistema -sistema que, a propósito, fue establecido por un gobierno socialista con la mayoría más absoluta desde que hay elecciones democráticas; sistema que, aunque se comprometió varias veces a cambiarlo, el PP mantuvo cuando llegó al poder-, se niega a llegar a un acuerdo con el gobierno para alcanzar dicha renovación.
Algunos pensamos,
en cambio, que la verdadera razón es una confluencia perversa entre la vocación
totalitaria que han tenido siempre en España los partidos de izquierdas -de las
proclamas criminosas de Paulino Iglesias en sede parlamentaria al Montesquieu
ha muerto de Alfonso Guerra, pasando por el comportamiento de dichas
formaciones durante la segunda república- y el afán de cubrirse las espaldas
bien cubiertas cuando se les empiecen a exigir responsabilidades penales por la
gestión criminal que han hecho durante y de la pandemia de la Covid-19.
Porque vale que pasen del PP, pero… ¿saltarse el trámite preceptivo de escuchar al propio Consejo y hacer caso omiso de las indicaciones de Bruselas? Estos nos llevan de cabeza a Venezuela… la Venezuela bolivariana, la Venezuela del socialismo del siglo XXI… que sólo se diferencia del socialismo del siglo XIX en que tiene el palito en distinto lugar.
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