sábado, 16 de enero de 2021

Que le den a la corrección política

Muchas veces, el problema de algo que se ve amenazado no son los que atacan desde fuera, sino de los quintacolumnistas, acomplejados o simplemente estúpidos que lo socavan desde dentro.

Esto ocurre, por ejemplo, con la Iglesia Católica. Por más que nuestro Señor Jesucristo dijera que Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará (San Mateo 16,13-20), tampoco es cuestión de echarle una mano al maligno, que para eso ya están comunistas, ateos, islamistas y demás patulea anticristiana.

Pero si resulta que la iglesia manda al ostracismo (lo cual es una redacción bastante deficiente, ya que no se mandaba a nadie al ostracismo, sino que se le condenaba) la figura de Santiago Matamoros de la catedral de Santiago de Compostela, no es sólo que no se pretenda herir la sensibilidad de los agarenos (sí, me estoy leyendo Sidi, y allí aparece la palabra). Es que se está olvidando la Historia (y ya se sabe que el pueblo que olvida su historia está condenado a repetirlo), y haciéndole el juego a los que nos cortarían la cabeza sin pensarlo dos veces.

¡Santiago y cierra España!

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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