Para los que vivimos en Madrid, el paso de la tormenta Filomena ha sido lo nunca visto. Si hacemos caso a los del calentamiento global, puede que nunca lo volvamos a ver; o sí, porque al ser el aumento a largo plazo de la temperatura media del sistema climático de la Tierra, lo de largo plazo y temperatura media dan bastante cancha. Pero centrémonos.
Estuvo
nevando sin parar -y bastante copiosamente- cosa de día y medio. Cuando la cosa
terminó, hace una semana casi exacta, había más de un palmo de nieve -y eso,
por lo menos- en la mayor parte de la ciudad de Madrid (que es lo que conozco
mejor y de lo que tengo más referencias de primera mano). Eso significa
comercios cerrados, árboles caídos, estructuras derrumbadas y otras consecuencias
desastrosas. Pero para el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia
de padecer, declarar Madrid zona catastrófica sería un exceso.
Ellos sí que son un exceso: de inepcia, de estulticia, de sectarismo y de psicopatía. Y así nos va.
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