Cuando un izquierdista español pronostica algo, uno puede estar seguro de que ocurrirá justo lo contrario. Si el pronóstico versa, además, sobre la pandemia de la Covid-19, no sólo ocurrirá lo contrario, sino que lo hará corregido y aumentado.
Por
tanto, si el ninisterio de Mortandad considera que con los
instrumentos actuales se puede evitar un nuevo confinamiento total, que la
cepa británica no es dominante en España y que el ritmo de vacunación debe
ir mejorando, afirmo sin temor a equivocarme tres cosas.
La
primera, que más nos vale hacer acopio de papel higiénico, porque vamos de
cabeza a estar de nuevo encerrados en casa, y no por el frío, precisamente. La segunda,
que a no mucho tardar estaremos todos bebiendo cerveza tibia y tomando té con
pastas a las cinco. Y la tercera… que por mucho que deba ir mejorando el ritmo
de vacunación -que debe, y mucho-, se va a ir ralentizando cada vez más.
Por ello, y por mucho más…
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