Uno no sabe si los miembros del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer dicen una cosa hoy y la contraria mañana porque son de izquierdas (ya se sabe, un socialista es una persona capaz de decir una cosa y la contraria y afirmar que ambas son ciertas y progresistas), porque son estúpidos o porque están tan convencidos de que no les va a pasar factura de ninguna de las maneras que les da lo mismo. O, más probablemente, por una combinación de todos estos factores y de algunos más.
Hace algunas
semanas, el ninisterio de Defensa anunciaba que abandonaba el
acuartelamiento de Loyola en San Sebastián. Afirmaron que el traslado a la
nueva ubicación iba a ser sufragado de forma íntegra con el pago del
consistorio easonense, por lo que bajo ningún concepto se iba a perder dinero.
Naturalmente,
mentían como bellacos. Hace un par de semanas ya empezaban a reconocer que la
compensación económica que se recibirá no será suficiente para pagar la
reforma, adaptación y puesta en marcha de las instalaciones que se habilitarán
en la antigua Hípica Militar de San Sebastián, el lugar designado para mover al
Regimiento de Infantería Tercio Viejo de Sicilia Nº 67 del Ejército de Tierra.
Lo peor
es que el nuevo emplazamiento que ya había sido rechazado años antes como
posible alternativa al cuartel de Loyola durante una de las peticiones
anteriores del ayuntamiento de San Sebastián para quedarse con los terrenos de
Loyola. ¿Qué ha cambiado entonces?
Sencillamente, la persona que decide. El psicópata al mando.
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