Que el giliprogretariado cada vez alcanza mayores simas de estupidez es algo bien sabido. Sin embargo, no dejan de sorprender sus continuos avances.
El último, hasta la fecha, es que los supermercados americanos etiquetan productos en función de la tendencia sexual, raza o sexo del proveedor, indicando si son mujeres (no aclaran si cisgénero o transgénero), afroamericanos, asiáticos-Indios, hispanos, No-CHe y asiático-pacíficos. Esto, dejando aparte una intolerable violación de la intimidad de esos proveedores, raya en la idiocia más absoluta -¿los homosexuales sólo comprarán a los homosexuales, los negros a los negros, las mujeres a las mujeres?- o en el sectarismo más criminal (¿los racistas no comprarán a los negros, los homófobos a los homosexuales?).
Orwell, qué corto te quedaste…
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