Hace ahora cuatro años, se acusó a Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, de haber actuado en connivencia con Rusia para ganar las elecciones.
Vale, no
estoy seguro de que fuera exactamente así, pero más o menos. El hecho es que no
logró probarse nada… lo cual tampoco quiere decir nada, porque Felipe González
-por poner un ejemplo- a buen seguro que sabía lo del GAL, y lo de Filesa, y lo
del hermano de miemmano, y se fue de rositas y anda por ahí presumiendo
de estadista. Claro, que teniendo en cuenta lo que vino después, especialmente
en su lado del espectro ideológico, tampoco es que haya que correr demasiado.
Poco antes
de abandonar el Despacho Oval (¿por última vez?), el presidente saliente de
Estados Unidos -otra vez Donald Trump- desclasificó documentos que desvelaban
los negocios del hijo del presidente electo -ese católico proabortista,
probablemente senil y acusado de tendencias pedófilas- con miembros del partido comunista chino. De la China comunista, no de la otra, que diría Pérez.
¿Van a
estar machacando los medios giliprogres sobre el tema? Duros contra
pesetas a que no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario