En su gestión (por llamarla de alguna manera) de la crisis causada por la pandemia de la Covid-19, el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer ha adoptado una postura que recuerda poderosamente a la del perro del hortelano: no hace nada, pero tampoco deja hacer nada a los demás. Quizá porque sea posible que eso que hacen los demás obtenga unos resultados beneficiosos, y no conviene quedar en evidencia de modo tan palmario.
Así, el
consejo de ninistros no hace nada en relación con el toque de queda;
pero cuando la comunidad autónoma de Castilla y León, haciendo uso de esa
autonomía en la gestión de las medidas necesarias para afrontar la crisis
sanitaria -y, de rebote, de todos los demás tipos-, decide decretar un toque de
queda a las ocho de la tarde, el desgobierno va y recurre la medida ante el Tribunal Supremo. No quiero ser mal pensado, pero en la región gobierna una coalición
entre el PP y Ciudadanos…
Y mientras, comprensiblemente confusos ante esta profusión de decisiones y lo difuso de las mismas, Policía Nacional y Guardia Civil piden que se les aclare su papel ante las nuevas restricciones de la Junta, ciñéndose de momento a una labor informativa y de disuasión.
Por ello, y por mucho más…
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