Las pocas cosas que el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer hizo en relación con la pandemia de la Covid-19 las hizo tan rematadamente mal que no es extraño que se haya producido un efecto bumerán.
Y no es sólo que empezando por el
portacoz científico y el filósofo perico, anterior ninistro de
Mortandad, se vean incursos en sendos procedimientos penales por exigencia
de responsabilidades, o que el primer estado de alarma haya sido declarado
inconstitucional y el segundo lleve el mismo camino. Entra dentro de la lógica
que, quien siembra vientos, recoja tempestades.
Lo malo es que las consecuencias
de tanta chapuza recaen sobre otros que tan sólo obedecían órdenes. Como es el
caso de los seis policías que irrumpieron en una fiesta durante la pandemia, y
que ahora serán juzgados por allanamiento.
Por ello, y por mucho más…
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