En un gobierno cuyo principal partido fue fundado por alguien que, en sede parlamentaria, manifestó que actuarían dentro de la Ley cuando ello conviniera a sus fines, y al margen de la misma cuando no les fuera posible alcanzarlos, no es de extrañar que muchas de las medidas y decisiones que toma sean clamorosamente ilegales, cuando no flagrantemente inconstitucionales.
Por ello, el desgobierno socialcomunista
que tenemos la desgracia de padecer acumula rapapolvo judicial tras rapapolvo
judicial… lo que tiene más importancia aún si tenemos en cuenta que nos
encontramos en un país en el que la justicia, desgraciadamente, suele estar
bastante politizada.
Hace una semana, el Tribunal
Supremo acumulaba ya siete peticiones para que revocara el indulto que el
consejo de ninistros concedió a los golpistas catalanes. Malo será que
al menos una no salga adelante, con lo que la situación sería verdaderamente
embarazosa para el ejecutivo nacional.
Sería embarazosa, claro está, suponiendo que tuvieran entre todos un mínimo de vergüenza. Algo que, la verdad sea dicha, dudo mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario