martes, 7 de septiembre de 2021

Reflexiones atemporales LXVII – Los despropósitos del sistema autonómico

El sistema autonómico establecido por la Constitución de 1.978 fue, supongo, un intento de contentar a las regiones más levantiscas -o a las formaciones políticas más histéricas de dichas regiones, para ser más precisos-, ofreciendo la posibilidad a las demás regiones de subirse al carro.

Pero como en España rige la regla de maricón el último -o, por decirlo de otra manera, como la envidia es el deporte nacional-, tiempo les faltó a todas y cada una de las posibles comunidades autónomas para constituirse. Lo mismo ocurrió a la hora de asumir competencias: las necionalidades histéricas primero, las demás después, todas fueron asumiendo más y más competencias, hasta dejar al Estado prácticamente vacío… e inerme.

Porque lo que se hizo fue, sobre poco más o menos, constituir diecisiete estaditos, cada uno de los cuales hacía la guerra por su cuenta, que no sólo es que no se coordinaran, sino que en ocasiones se dedican a hacerse la puñeta unas a otras.

Un ejemplo real. Un sucedido, que diría alguno. Hace un par de años, estando en Cantabria (vivimos en Madrid), fui con mi padre a una farmacia para adquirir uno de sus medicamentos. No pudimos. ¿Por qué? Porque la tarjeta sanitaria del sistema madrileño de salud no era válida en Cantabria. Manda huevos: de todas las regiones de España, no era Extremadura (por poner una comunidad autónoma tradicionalmente olvidada de la mano del gobierno central… y, si no, ahí está el caso de la alta velocidad ferroviaria), sino Madrid, la que no estaba conectada.

Y, como esa (problema ya corregido, a Dios gracias), todas: diecisiete sistemas educativos, diecisiete sistemas impositivos, diecisiete sistemitas judiciales (o casi), incumplimiento flagrante del artículo 4 de la Constitución…

Sobre una posible solución, ya hablaremos dentro de unas semanas.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: