Suelo decir que si un político español de izquierdas coincide con la verdad, es por error o por descuido, nunca intencionadamente. He descubierto una tercera posibilidad: que esté diciendo una auténtica perogrullada.
Es el caso de la ninistra de
Defensa -a este departamento no hay que cambiarle el nombre, en general hace aquello
que se supone que debe hacer-, la simpar Madgadita Dobled. Cuando se
produjo la desbandada occidental de Afganistán -como la naturaleza aborrece el
vacío, dos democracias contrastadas (nótese la ironía) como Rusia y
China se han apresurado a ocupar el sitio-, dijo algo que resultaba evidente: que
habría gente que se quedaría atrás. Luego dijo otra cosa que, aunque igualmente
evidente, debería haber callado: que era posible que se emprendiera una misión
de operaciones especiales.
Porque esas operaciones, Madgadita, son en esencia secretas. Y cuando revelas un secreto, deja de serlo.
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