Será por las razones que sea, pero desde hace bastante tiempo -siglos, en realidad-, en la mayoría de las sociedades llamémoslas avanzadas, que un varón muestre el torso no supone ningún problema -más allá del disgusto estético si dicho torso no está tonificado, sino que resulta fofo y colgante-, mientras que si quien lo hace es una mujer se considera de mal gusto, indecente e inconveniente, por muy atractivo, turgente y bien proporcionado que pueda resultar dicho torso.
Esa discriminación se ha
extendido a las redes sociales, que teóricamente iban a traer más libertad a
todos. Mientras que un tórax masculino desnudo no supone ningún problema, uno
femenino es (casi) inmediatamente censurado, por lo que quienes desean publicar
según qué fotografías han de recurrir a todo tipo de argucias, desde ángulos
cuidadosos a sombras estratégicas, pasando por el uso de estrellitas, caritas o
lo que sea para tapar la zona censurable. Contra esta doble vara de medir se
han alzado distintas voces, e incluso movimientos como Free the nipple
(es decir, libera el pezón), que abogan por la igualdad de trato entre
ambos sexos.
Claro que, como en todo, hay
excepciones. Y si eres un adalid de la progresía -y, además, homosexual-, y un artista,
pues lo mismo son más laxos contigo. Eso ha ocurrido con el cartel de la última
película de Pedro Almodóvar, una composición de un pezón del que sale una gota
de leche simulando un ojo. Inicialmente, Facebook lo censuró, para luego disculparse
y publicar el cartelito.
No sé cómo le habrá sentado eso a Scout, una de las hijas de Bruce Willis y Demi Moore y adalid del movimiento anteriormente
mencionado. Aunque lo mismo Almodóvar no es tan conocido al otro lado del
Atlántico como a él le gustaría y, por lo tanto, Ms. Willis ni se ha enterado de la polémica.
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